
¿También dices a menudo «siempre me siento cansado y sin fuerzas» o «estoy cansado de todo»? Si lo hace, tal vez sea porque aún no ha aprendido a administrar sus flujos de energía. Si siempre te sientes cansado y agotado es porque tu cuerpo quiere decirte que no estás administrando tus energías de la manera correcta. Este mecanismo es válido en la vida privada pero también en el trabajo.
Tony Schwartz es consultor de muchas empresas líderes como Google, Microsoft y Sony y él ha expresado en muchas oportunidades que el sentimiento de urgencia constante presente en nuestras organizaciones compromete seriamente cualidades como la creatividad, el compromiso, el pensamiento estratégico y por tanto la posibilidad de perseguir grandes desempeños.
Dentro de las organizaciones, siempre pensamos en términos de tiempo por dinero, tratando de obtener todo de inmediato. Sin embargo, esta es una transacción limitada y unidimensional, una práctica contraproducente que te lleva a quedarte sin energía.
¿Cómo encontrar energía en el trabajo?
Schwartz presenta un método práctico, sencillo e innovador que le permite cambiar sus hábitos de gestión empresarial, con el objetivo de invertir más en los empleados, tratando de satisfacer sus necesidades multidimensionales, llevándolos a recuperar energías y un desempeño completo.
Para ello, todos los trabajadores deben aprender a gestionar sus niveles de energía personales, sacando fuerzas de las 4 fuentes de energía: física, emocional, mental y espiritual.
- Energía física
Este tipo de energía coincide con la capacidad de renovarse y cuidarse regularmente. El objetivo es estar sano, sentirse en forma y resistente. Partimos de un concepto muy importante: la buena salud es la base de todas las demás formas de energía.
La falta de energía física está relacionada con una gran paradoja: a menudo pensamos que para recuperar energía basta con holgazanear. Al contrario, la falta de estímulo le hace sentir cada vez más cansado y agotado, llevándolo a un bucle que parece no acabar nunca.
Para ello es fundamental cuidar tu forma física, hacer deporte, cuidar tu alimentación, dormir bien y lo suficiente.
- Energía emocional
Debe sentirse apreciado, valorado por lo que es y lo que hace, esta es la energía emocional. Si los trabajadores se sienten infravalorados, su desempeño se verá afectado negativamente.
Controlar la energía física sin ocuparse de lo emocional es una pérdida de tiempo. Si nos dejamos llevar por los miedos, las ansiedades y las preocupaciones, arruinamos todo el trabajo que hemos hecho hasta ahora. Para ello, debemos aprender a mejorar nuestra energía emocional a través de dos métodos:
- Cultivando emociones positivas (gratitud, bondad, amor)
- Interpretando las emociones negativas (como el estrés) de manera diferente.
- Energía mental
Las energías mentales son aquellas energías que nos permiten expresar nuestras habilidades y destrezas al máximo. Estos sentimientos positivos, en la vida y en el trabajo, nos permiten desarrollar realmente nuestras habilidades, destrezas y talentos.
Todos los días gastamos nuestras energías mentales en la vida cotidiana y nos sentimos cansados y desmotivados. El objetivo es recuperar el enfoque a través de prácticas simples como la meditación, aprender técnicas de concentración y hacerse cargo de una tarea a la vez.
- Energía espiritual
El significado de tu vida y tus valores más profundos alimentan tu energía espiritual. Hacer una actividad o hacer un trabajo que no nos gusta nos hace sentirnos cansados y desmotivados. Por el contrario, si estamos satisfechos con nuestro puesto de trabajo, nos sentiremos más estimulados por la dirección correcta que ha tomado nuestra vida y podremos incrementar la energía espiritual.
¿Falta de energía o de tiempo?
Cuando estamos cansados, a menudo pensamos que no tenemos el tiempo suficiente para recuperar la fuerza y la energía que necesitamos en las actividades diarias. Nos fijamos metas, aprendemos métodos de gestión del tiempo, elegimos nuestras buenas resoluciones. Pero todo esto no es suficiente.
No es por una razón simple pero fundamental, no tenemos que gestionar nuestro tiempo, tenemos que aprender a recuperar energía y gestionarla mejor. Necesitamos salir de la creencia de que es el momento el que determina nuestra productividad: es más bien el valor que somos capaces de generar a través de nuestras energías.
Por todo ello, dentro de una organización, el objetivo es poder satisfacer las necesidades de los trabajadores, apoyándolos en la gestión de los flujos de energía y ayudándolos a cultivar cualidades que hasta ahora no se consideraban decisivas.